La consistencia entre el balance general y el estado de resultados es un activo intangible que genera valor para la empresa. Al invertir en la calidad y resguardo de los datos financieros, se obtienen beneficios como:
Toma de decisiones estratégicas: Datos consistentes permiten evaluar con precisión la salud financiera de la empresa y planificar inversiones, expansión o ajustes operativos.
Confianza de stakeholders: Accionistas, inversores y entidades regulatorias confiarán más en una empresa que demuestre transparencia y precisión en sus estados financieros.
Cumplimiento normativo: Mantener datos consistentes reduce el riesgo de sanciones legales o fiscales por incumplimiento de normativas contables.
Optimización de recursos: Detectar inconsistencias temprano evita pérdidas económicas derivadas de errores contables o decisiones mal informadas.