Una buena estructura de roles no solo mejora la eficiencia, también reduce conflictos internos. ¿Por qué? Porque cuando hay claridad sobre “quién hace qué”, se evita la duplicidad y la típica frase de “eso no me tocaba a mí”.
Mi sugerencia para equipos pequeños o en crecimiento es:
1. Definir funciones clave: producción, ventas, finanzas, atención, etc.
2. Asignar responsables por área: Aunque alguien tenga más de un rol (lo cual es normal).
3. Crear una matriz de responsabilidades (tipo RACI: Responsable, Aprobador, Consultado, Informado).
4. Documentar procesos clave. No todo debe estar en un manual gigante, pero sí lo mínimo para que alguien nuevo entienda cómo funciona cada parte.
El crecimiento ordenado se logra con estructura flexible, pero no improvisada. Si quieren escalar su empresa, este trabajo organizativo no es negociable.