@victor, ¡Buen día! Excelente pregunta, ya que asignar correctamente las responsabilidades operativas en una empresa es clave para su eficiencia y crecimiento.
Seguramente sabes que no existe una única “mejor opción”, puesto que la elección dependerá de varios factores como el tamaño de la empresa, su sector, etapa de desarrollo (inicial, crecimiento, madurez), cultura organizacional y objetivos estratégicos.
En términos generales, te explico los pros y contras de cada opción y cuándo podría ser más adecuada:
1- Por roles fijos: Cada persona tiene una función clara y repetitiva
Pros:
- Alta especialización y eficiencia.
- Procesos claros y estructurados.
- Fácil seguimiento del desempeño por áreas.
Contras:
- Puede generar rigidez y poca adaptabilidad.
- Riesgo de desconexión entre áreas.
- Requiere personal suficiente para cubrir todas las funciones.
Cuándo usar este enfoque: Empresas medianas o grandes con procesos definidos; sectores industriales, financieros o servicios donde la precisión y control son críticos. En etapas de estabilidad o madurez.
2- Por habilidades: Se asignan según las capacidades
Pros:
- Aprovecha al máximo el talento disponible.
- Mayor motivación al trabajar en lo que se domina o gusta.
- Adaptabilidad a cambios.
Contras:
- Puede generar confusión si no hay claridad en responsabilidades.
- Requiere un buen conocimiento del perfil de cada empleado.
- Riesgo de solapamientos o vacíos de responsabilidad.
Cuándo usar: Empresas pequeñas o startups con pocos empleados; equipos creativos, innovadores o en entornos dinámicos. Cuando hay talento diverso pero limitado número de personas.
3- Multifunción: Todos hacen un poco de todo, sin áreas definidas
Pros:
- Muy flexible y adaptable.
- Favorece el trabajo en equipo y la comprensión integral del negocio.
- Ideal para momentos de crisis o arranque.
Contras:
- Puede llevar a duplicados de esfuerzo.
- Difícil rendición de cuentas.
- Fatiga por sobrecarga funcional.
Cuándo usar este enfoque: En startups o emprendimientos en fase inicial, en pequeñas empresas con recursos limitados o en momentos de cambio o transformación rápida.
4- Por proyectos: Se forman equipos temporales según las necesidades
Pros:
- Gran flexibilidad ante demandas cambiantes.
- Fomenta la colaboración transversal.
- Enfoque orientado a resultados específicos.
Contras:
- Complejidad en la coordinación.
- Posible inestabilidad emocional o laboral en los empleados.
- Requiere liderazgo fuerte y buena gestión de proyectos.
Este modelo aplica en empresas tecnológicas, consultoras, agencias creativas; en proyectos puntuales con fechas de entrega definidas y en ambientes ágiles o en constante innovación.
Ahora bien...
La mejor opción suele ser una mezcla estratégica de estos modelos, dependiendo del contexto:
- Si eres una empresa pequeña o emergente, podrías comenzar con un modelo multifuncional o por habilidades, y luego ir definiendo roles fijos conforme crezcas.
- Si ya eres una empresa mediana o grande, probablemente tengas áreas definidas (roles fijos), pero también uses equipos por proyectos para tareas específicas.
- El modelo híbrido (por ejemplo: roles fijos + participación en proyectos) suele dar equilibrio entre eficiencia, especialización y adaptabilidad.