Hola @nathalymps,
Es una observación muy acertada y planteas una cuestión fundamental sobre la valoración económica de diferentes disciplinas.
Efectivamente, parece haber una discrepancia. El precio no siempre refleja directamente el esfuerzo, la formación o la complejidad de una actividad. En el caso del Pole Dance frente al Pilates, esta diferencia puede deberse a varios factores de mercado y percepción social…
Al investigar este interesante punto que planteas, surgen cuestiones - como las siguientes - que pueden ayudar a entender la situación:
1- Percepción y demanda masiva: El Pilates está ampliamente reconocido como una actividad de bienestar físico y rehabilitación, con una base de clientes muy amplia y diversa (personas de todas las edades, con dolencias de espalda, etc.). Esta alta demanda permite precios más elevados. El Pole Dance, aunque ha ganado mucha popularidad como deporte, aún lucha contra ciertos estigmas sociales y no tiene una demanda tan masiva y generalizada.
2- Posicionamiento en el mercado: El Pilates se posiciona a menudo como un servicio premium de fitness y salud, a veces en estudios exclusivos. El Pole Dance, a pesar de su gran exigencia física y técnica, a veces no logra escapar de la percepción de ser un "nicho" o una actividad más recreativa, lo que limita el precio que el mercado está dispuesto a pagar.
3- Oferta y competencia: Si hay muchos estudios de Pole Dance en una zona compitiendo por un número limitado de alumnas, los precios pueden mantenerse bajos para ser competitivos.
4- Evolución del valor percibido: El Pilates lleva décadas construyendo su reputación. El Pole Dance, como disciplina fitness, es más joven y todavía está construyendo ese "valor percibido" ante los ojos del público general.
Tienes toda la razón en tu reflexión. El valor está ahí, pero ahora el desafío es conseguir que el mercado lo reconozca y esté dispuesto a pagar por él de la misma manera que lo hace con otras disciplinas.