Colegas
Una salida bien hecha empieza mucho antes del despido en sí. Me refiero a que si en la empresa existen roles bien definidos, procesos claros y documentación al día, la transición será mucho más ordenada.
Por eso, además de preparar el proceso de salida, revisa qué conocimientos, accesos y responsabilidades tiene esta persona y asegúrate de dejar todo sistematizado o transferido. Esto evita cuellos de botella o sorpresas operativas.
Otra recomendación: ofrece una retroalimentación final al colaborador. Incluso si no puede quedarse, puede aportar sugerencias valiosas para mejorar procesos desde su experiencia directa.